Se acaba la historia… comienza la historia

Se acaba la historia... comienza la historiaO cuando todo el monte ya no es orégano… otra e-reflexión

Valencia, 17/11/2012, G.B.
Me parece que el sistema que se han montado y al que nos han insertado, queramos o no,  finaliza, sin más, quieran o no, pase lo que pase, aunque todavía siga coleteando agónicamente. No se puede exprimir lo que ya esta exprimido, ni cargar las espaldas de los que ya están en el suelo, prácticamente moribundos.

Sé que debe ser difícil para aquellos que están acostumbrados a vivir en otra dimensión, completamente ajena a la triste realidad de una gran mayoría, pero simplemente se han acabado las opciones, las manipulaciones, las posibles salidas: no hay más de lo mismo, señores y señoras…

Espero que entre todos encontremos soluciones y aquellos que viven en ‘la otra esfera’, en la cara oculta de la luna, se den cuenta de que forman parte de esta sociedad agónica y que es necesario que pongan también de su parte y de forma inmediata.

Ya no sirve lo de blanco o negro, el pensamiento dicotómico, bueno o malo, ni tampoco intentar buscar una justicia ‘histórica’ que nunca llegará; simplemente hay que ponerse manos a la obra, arremangarse y evitar que todo se convierta en un lodazal para ser comprado por ‘cuatro duros’ por manos extrañas y que no tienen ningún remordimiento en bailar sobre las cenizas de un país, de su sufridos habitantes, a los que muy fácilmente han puesto la zanahoria mientras les daban de palos para ‘tirar pálante, ande la cosa o no ande‘…

Será mejor que a los que ahora les toca, los que han tenido nuestra confianza y han abusado de ella, independientemente de su signo político,  vayan preparándose, porque nosotros ya tenemos un buen ‘callo’…

¿Son más importantes los mercados que las personas?

Otra e-reflexión… ¿Miedo al miedo?

Otra e-reflexión... ¿Miedo al miedo?Valencia, 22/07/2012, G.B.
Me resistía a escribir sobre lo que voy a escribir, más que nada por que no hay nada de lo que vaya a decir que no se haya dicho ya y por personas que conocen infinitamente más -y muchísimo mejor- el tema a tratar que yo. Más que ‘tema’ mejor sería denominarlo como ‘el tema’, ya que es el ‘protagonista’, el ‘invitado principal’ de casi todos -¿casi?- los medios de comunicación, de casi todas las conversaciones que realizamos a lo largo y ancho del día y la noche. Sí, me refiero a la recesión, a la crisis económica, al déficit, a la deuda o como quieras llamarlo, que seguro sabes igual o mejor que yo de ella…

¿Y qué ha pasado? ¿Realmente somos culpables o, mejor dicho, responsables de la situación a la que parece que está llegando España? Pues sinceramente creo que la gran mayoría de nosotros no. Yo nunca he especulado, ni vivido por encima de mis posibilidades si no es para pagar la hipoteca, los intereses, la VISA que la mayor parte de las veces ha sido una ampliación de la nómina (ya extinta…) y que ha cumplido las funciones de pagadera de pagos fijos, principalmente intereses o intereses de intereses…

¿Es realmente sostenible el modelo que se han inventado, la ley del embudo, el que más tiene más seguirá teniendo y el que menos tiene cada vez menos? ¿Debe convertirse este país en un inmenso  ‘gueto’ de personas empobrecidas, dominado por las fluctuaciones de los ‘mercados’, los volubles pensamientos de los ‘inversores’, la pura y dura especulación?

¿Debe desaparecer la solidaridad, el esfuerzo de todos los trabajadores, de los sufridos autónomos, de los valientes empresarios? ¿Deben pagar los platos rotos los que no tienen platos? ¿Debemos contentar la imagen mental, el Gran Plan, la única solución o Solución con mayúsculas de aquellos que han arrimado el hombro para arrimarnos al precipicio, aunque no lo hayan hecho conscientemente (dejemos de lado la Doctrina del Shock…)? ¿Debemos hacer causa común con el miedo y el miedo al miedo? Pues sinceramente creo que no, que ese no es el camino. Y no es cuestión de ideologías, partidos políticos, clases sociales ni demás zarandajas -perdonadme por esa denominación- con las que nos han ido intoxicando a lo largo de los tiempos, y que nosotros mismos hemos sido parte consciente-inconsciente de esa intoxicación; todos somos al fin y al cabo ‘gente’, lo miremos por donde lo miremos…

¿La solución pues? Ojalá la tuviera. Sólo me gustaría decir que pienso que un cambio de actitud, de pensamiento, de roles obsoletos e injustos, un mayor sentimiento de empatía, solidaridad, ilusión e imaginación; una mayor capacidad de adaptación y menos miedo al miedo. tal vez una pizca -bien ‘gorda’- de sana rebeldía ante muros de egoísmo e insolidaridad, orgullo y ambición, soberbia construida tras  horas grises u oscuras, autoengaños, todo más bien… ¿Quién nos salva? El abandono definitivo al miedo y los brazos abiertos a la colaboración, la empatía, la imaginación, la solidaridad, el verdadero esfuerzo y el más puro sentido común que desterramos hace ya muchos, muchos años. ¿Y quién lo puede impedir? Muchos, pero principalmente nosotros mismos. Que no quede por nosotros!

Buenas noches y espero que mejores días…