El inmenso poder de las pequeñas cosas

Otra e-reflexión, tras unos días bajos…

El inmenso poder de las pequeñas cosasValencia, 19/09/2012, G.B.
¿Hacia dónde vamos? ¿Y en qué manos se supone está nuestro destino social? ¿Debe ser siempre así, como ha sido, aunque “endulzado” por la “sociedad del bienestar”? ¿Por qué los que verdaderamente podrían crear la diferencia ni siquiera aparecen, “no se contemplan”? ¿Estamos inmersos en el final de un ciclo y el inicio de uno nuevo,  o  tal vez de un nuevo más-de-lo-mismo?

 

Preguntas y más preguntas -que no me atrevo a formular en voz alta- y que seguro muchos, muchos nos hacemos, tanto en petit comité como en público. Pero, ¿quién las responde?,  ¿quienes hacen verdaderamente algo para iniciar la -primero de todo- recuperación moral de esta sociedad global castigada por su vanidad, su egoísmo, su extrema superficialidad? Realmente tampoco lo sé. Quizá todo un poco, pero sin atrevernos demasiado a asumir los cambios desde los núcleos de la cansada y cansina realidad social que estamos viviendo muchas personas. ¿Por sensación de derrota, por miedo?¿Tal vez por  miedo al miedo? ¿Por desidia, pereza, victimismo y pánico intestino al cambio?  ¿Es hora ya de romper moldes viciados? ¿Querrán romperlos los que tienen los modelos y viven de ellos y nos los ofrecen a cambio de nuestro futuro? Más y más preguntas…

 

Mientras pensamos, meditamos, nos quejamos, actuamos o esperamos, el inmenso poder de las pequeñas cosas, de la fuerza escondida en un  pequeño granito de arena, la promesa de  la gota de agua que acaba erosionando la dura roca, puede convertirse en un oasis invisible al que puede acudir nuestro ánimo,  a beber de fuentes frescas, a apagar la sed de desesperanza que atenaza tantas gargantas y seca tantos ojos. A pesar de todo -y como hoy una amiga me ha comentado- la dignidad, el respeto propio,  no debemos nunca perderlo, aunque tengamos momentos bajos, subterráneos. Creo que eso podemos guardarlo como un pequeño tesoro y una fuente a la que recurrir cuando intenten quitarnos todo lo demás.

Por todo ello, voto por el poder de las pequeñas cosas, de vivir el presente con nuevos ojos, de ser consciente de que no vivimos solos en este mundo y de que mucho de lo que nos han intentado enseñar -muchas veces con absoluto éxito- es un vano espejismo que nos aleja de las fuentes de agua fresca que ayudan a apagar nuestra eterna sed… Brindo por las pequeñas cosas,  porque sumadas conforman el verdadero sentido, la verdadera vida.

Fin de la e-reflexión. Buenas noches.